Cuando hablamos del futuro de los Managed Print Services (MPS), todavía veo a muchos en la industria intentando venderlo como si fuera el “producto estrella” del menú tecnológico. Para mí, ese enfoque comienza a estar agotado. MPS no es el plato principal, ni el postre gourmet que todos esperan. MPS es otra cosa: es como la electricidad en una ciudad. Nadie se muda a un barrio porque tenga cables más bonitos, pero sin corriente eléctrica nada enciende, nada funciona, nada evoluciona. No se trata de vender un aparato, sino de diseñar un sistema que funcione en red. Ahí está el punto: MPS no necesita ser protagonista, sino indispensable. Su verdadero valor está en ser esa infraestructura invisible que mantiene la operación fluida, segura y eficiente. Cuando se lo ve solo como un contrato de impresoras o de “páginas contadas”, se achica hasta lo irrelevante. Pero cuando se integra con nube, seguridad, automatización, inteligencia artificial y sostenibilidad, se convierte en un conector cr...