Calidad: hacer lo correcto cuando nadie está mirando


Calidad es una palabra que suele ser exagerada y sobre usada en el mercado de remanufactura. Cada producto de imagen es vendido como un producto de calidad. Después de todo, ¿quién en el mercado podría etiquetar de “basura” o “inferior” y pretender luego conseguir clientes?

Todo es etiquetado como de calidad como un pre requisito para encontrar compradores. ¿Pero qué es lo que realmente significa la palabra calidad? ¿Y qué estamos intentando de transmitir al comprador de manera de persuadirlo a que sea un nuevo cliente?

En una venta única sin un prospecto que se pretenda repita su compra, un vendedor seguramente exagerará sus afirmaciones y cerrará la venta con cualquier frase que crea que su comprador desea escuchar. Todos hemos tenido esa experiencia y más de una vez nos hemos sentido decepcionados con la compra, jurando jamás volver e inclusive deseando contarle a todo el mundo nuestra mala experiencia, una suerte de terapia para sentirnos mejor.

Pero no estamos en un negocio de “venta única”. Necesitamos que nuestros clientes vuelvan. Produciendo y vendiendo productos de baja calidad, etiquetados como productos de calidad, nos lleva deliberadamente a preguntarles: ¿a quién quieren engañar? El vendedor podría conseguir una venta única y jamás volver a ver al cliente, pero su mala experiencia se trasladaría de boca en boca como un resfrío.

Es este un mercado difícil, nadie puede negarlo, pero esos cartuchos baratos que se venden parecen demasiado buenos para ser verdad. Y todos los sabemos, ¿no es así?

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