Crecimiento sólido a pesar de cero branding en redes sociales


El CEO de Ecocot, Philip Knierim, explica cómo los métodos "desactualizados y anticuados" aún ofrecen un fuerte retorno de inversiones.

Por Mark Dawson
Philip Knierim fundó Refill BV, también conocida como Ecotone, en 1987. Como joven empresario, había establecido cuatro tiendas de informática en los Países Bajos. Uno de sus clientes en el World Trade Center de Amsterdam había comprado una impresora láser QMS K8 y necesitaba un nuevo cartucho. Se opuso al precio OEM "exorbitante" de 400 florines holandeses, y le dijo a Knierim que "debería ser posible renovar esto con polvo de tóner nuevo". Esa conversación definiría gran parte de la futura carrera comercial de Knierim.

Consiguió una botella de tóner de copiadora localmente y volvió a llenar el cartucho de su cliente en la mesa de la cocina. Esto, por supuesto, no funcionó, pero creyendo que podría hacerse, su investigación lo llevó a Laser Charge en Texas, Estados Unidos y a un negocio en la cercana Bélgica que ya había desarrollado una línea de producción. Comenzó a comprar y vender productos terminados.

Comienzos emprendedores
El negocio creció muy rápido. El tiempo fue bueno. Su primera llamada de ventas fue con el banco ING donde se habían adquirido 700 impresoras láser. Los problemas de rendimiento del producto lo llevaron a establecer su propia línea de fabricación en Rotterdam.

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