Ya en mis primeros pasos con Guía del Reciclador, el color prometía ser el futuro de la Industria. El crecimiento que había tenido la remanufactura en el segmento monocromático desde principios de siglo y la aparición de gran cantidad de dispositivos láser color de todas las OEMs, hizo que todos en la Industria viéramos al color como el nuevo horizonte a conquistar. Imaginemos que el éxito de un solo cartucho, ¡ahora podía ser multiplicado por cuatro! El plan era perfecto. Estaban disponibles los dispositivos en las tiendas y en las oficinas, los proveedores de insumos ofrecían el nuevo porfolio color, miles de remanufacturadores de cartuchos ampliaban sus laboratorios y el compatible, único competidor posible, estaba sin un producto color de calidad. Y además el cliente que se había conquistado con productos monocromáticos, ¿por qué iría ahora a rechazar el producto color? ¿Qué podía fallar? Falló un poco de todo…o de todos. Desde un proyecto color OEM que no creció a los niveles esperados en los segmentos de mercado donde típicamente el aftermarket se movió, muchos proveedores de insumos que no lograron entregar calidad consistente y una gran parte de la comunidad de remanufacturadores que no tuvo la capacidad de entender la metodología técnica y comercial del color.
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