Esta semana, los negociadores del Parlamento y el Consejo alcanzaron un acuerdo provisional sobre nuevas normas que prohíben en el mercado de la UE los productos elaborados con trabajos forzados.
El nuevo reglamento crearía un marco para hacer cumplir esta prohibición, incluso a través de investigaciones, nuevas soluciones de TI y cooperación con otras autoridades y países.
Según el texto acordado, las autoridades nacionales o, si hay terceros países involucrados, la Comisión de la UE, investigarán el presunto uso de trabajo forzoso en las cadenas de suministro de las empresas. Si la investigación concluye que se ha utilizado trabajo forzoso, las autoridades pueden exigir que los bienes pertinentes sean retirados del mercado de la UE y de los mercados en línea, y confiscados en las fronteras. Luego los bienes tendrían que ser donados, reciclados o destruidos. Los bienes de importancia estratégica o crítica para la Unión podrán retenerse hasta que la empresa elimine el trabajo forzoso de sus cadenas de suministro.
Las empresas que no cumplan pueden ser multadas. Sin embargo, si eliminan el trabajo forzoso de sus cadenas de suministro, se puede permitir que los productos prohibidos vuelvan al mercado.