Del toner a la nube: la metamorfosis obligada del MPS

Cuando hablamos del futuro de los Managed Print Services (MPS), todavía veo a muchos en la industria intentando venderlo como si fuera el “producto estrella” del menú tecnológico. Para mí, ese enfoque comienza a estar agotado. MPS no es el plato principal, ni el postre gourmet que todos esperan. MPS es otra cosa: es como la electricidad en una ciudad. Nadie se muda a un barrio porque tenga cables más bonitos, pero sin corriente eléctrica nada enciende, nada funciona, nada evoluciona.

No se trata de vender un aparato, sino de diseñar un sistema que funcione en red.

Ahí está el punto: MPS no necesita ser protagonista, sino indispensable. Su verdadero valor está en ser esa infraestructura invisible que mantiene la operación fluida, segura y eficiente. Cuando se lo ve solo como un contrato de impresoras o de “páginas contadas”, se achica hasta lo irrelevante. Pero cuando se integra con nube, seguridad, automatización, inteligencia artificial y sostenibilidad, se convierte en un conector crítico para la transformación digital.

Muchos empresarios del canal lo dicen con otras palabras: ya no podemos pensar en MPS como un servicio aislado. Es parte de un ecosistema donde la información fluye, se gestiona y se protege. El cliente moderno no busca “un proveedor de copiadoras”; busca un socio que lo ayude a no desperdiciar recursos, a reducir riesgos y a darle orden a su caos documental.

Por eso me resulta curioso que algunos todavía gasten energía en perseguir la pyme de la esquina que necesita una sola multifunción. ¿De verdad ése es el futuro? El negocio está en acompañar organizaciones más complejas, donde la escala justifica la estrategia. No se trata de vender un aparato, sino de diseñar un sistema que funcione en red.

Además, no podemos hacernos los distraídos: la inteligencia artificial y la nube ya están redefiniendo la gestión documental. Quien no las incorpore en sus servicios se quedará ofreciendo fósiles digitales. Y lo mismo con la sostenibilidad: hablar de eficiencia sin hablar de reducción de papel, energía y huella ambiental es un sinsentido.

MPS no es un suplemento, es la corriente invisible que sostiene la infraestructura tecnológica del cliente. El reto para los proveedores está en dejar de vender “máquinas” y empezar a vender relevancia. Porque si seguimos insistiendo en ser los electricistas de la oficina, alguien más terminará apagándonos la luz.