Por Roberto Goldschmidt
A todos nos habrá pasado alguna vez estar en alguna reunión cuando charlando copa en mano, surge la pregunta: ¿y vos a qué te dedicas?
Al comentar nuestra actividad en el reciclado de cartuchos, la producción de tintas o los sistemas continuos, en general las reacciones y comentarios de los asistentes apuntan en dos direcciones opuestas. Por un lado están quienes comentan alguna mala experiencia con cartuchos alternativos o recargados, y por el otro lado están aquellos que ya han adoptado estos sistemas hace tiempo y están fascinados con el ahorro de dinero que lograron.
Más allá de las buenas o malas experiencias, lo que todo el mundo está de acuerdo y los que estamos en el ambiente recalcamos para darnos importancia e impresionar a alguna señorita sensible, es lo “verde” que es nuestra actividad y lo que aporta al cuidado del planeta.
En la reunión se pasa a otro tema, pasa el tiempo y al volver a nuestra casa reflexionamos: es cierto que el reciclado de cartuchos y la recarga son, en términos ambientales, más “amigables” que el simple hecho de usar y tirar cartuchos a la basura. Pero también es cierto que queda mucho por hacer si queremos que nuestra actividad no contamine ni genere riesgos para la salud y el ambiente.
Aspectos ambientales en el proceso de reciclado
Hagamos un análisis de todos los aspectos ambientales involucrados en el proceso de reciclado. Este análisis, en general, se hace por medio de un diagrama de flujo.
En el diagrama de flujo se conectan con flechas las distintas operaciones unitarias del proceso de reciclado, cuidando de no dividir el mismo en infinitas operaciones (muchas intrascendentes) ni tampoco de hacer un diagrama tan general que no aporte al análisis. Como ejemplo damos el diagrama de la figura 1 donde se muestra a grandes rasgos las principales operaciones unitarias desde que se recibe el cartucho hasta que se entrega nuevamente al cliente. Hasta aquí sin haber hecho ningún tipo de análisis ambiental.
Figura 1: Diagrama de flujo de un proceso de recarga y reciclado de cartucho
No cabe duda que siempre el reciclado aporta mucho en cuestiones ambientales ya que un cartucho reciclado se utiliza 4 o 5 veces, evitando la generación de residuos. No solo por el cartucho en si, sino también por el embalaje, que siempre en el caso del reciclado es más sencillo que en un cartucho de marca.
Figura 2- Cartuchos desechados que podrían reciclarse
Para analizar el proceso de reciclado o recarga desde el punto de vista ambiental tenemos que utilizar dos parámetros:
1. Qué impactos provoca la actividad y procesos habituales de recarga.
2. En un segundo paso se deberá analizar la posibilidad de un accidente y ambientalmente que consecuencias podría tener. Un ejemplo sería que se vuelque un bidón de tinta.
Trabajando sobre el diagrama de flujo del proceso de la figura 1, iremos marcando en cada operación unitaria los aspectos ambientales involucrados o, para hacerlo más simple, qué residuos se generan. Como primer paso lo haremos para el procedimiento habitual, dejando de lado la posibilidad de accidentes.
En la figura 3 se muestra el resultado de este análisis, donde vemos que existen 3 tipos de residuos o desechos.
Figura 3: Diagrama del proceso de reciclado de la fig. 1, con el agregado del flujo y tipo de desechos generados en cada operación. (Nota: RSU: Son residuos sólidos urbanos)
Tipos de residuos generados al reciclar
Restos limpios de embalaje
En primer término tenemos los restos limpios de embalaje. Sea que el reciclador los retire en el domicilio del cliente o que éste lo lleve a la empresa de reciclado, en general el cartucho usado llega en una bolsa o caja. Si este embalaje no está impregnado de tinta es un residuo asimilable a los residuos sólidos urbanos (R.S.U.).
Los R.S.U. son los residuos que retira el camión de la basura domiciliaria, por lo tanto este embase seguirá el mismo camino que cualquier bolsa o cartón de nuestra casa u oficina: se separa para reciclar o se junta con el resto de la basura que se tira al contenedor de la calle.
El único cuidado que se debe tener es no mezclarlo con residuos contaminados, ya que un RSU al “ensuciarse” con un residuo industrial (en nuestro caso tinta) automáticamente se transforma en un residuo industrial o peligroso.
Líquidos
El segundo tipo de residuos son los líquidos de los lavados, restos de tintas, derrames, etc. Estos efluentes son generados tanto al lavar el interior de los cartuchos a reciclar, como al lavar elementos de trabajo. El diagrama de la figura 3 se realizó solo a modo de ejemplo, tomando los elementos más significativos del proceso de reciclado. Pero debe tenerse en cuenta que a los efluentes líquidos enumerados, se agregan los líquidos de las bateas de ultrasonidos utilizados para destapar cartuchos, los vuelcos accidentales de tintas, etc.
Todos los efluentes incluidos en esta categoría son efluentes de tipo industrial y no deben volcarse junto con las aguas de uso doméstico.
En general la mejor solución a los efluentes líquidos producto de la actividad de reciclado es almacenar el líquido en bidones, ya que por los volúmenes manejados no se justifica diseñar, construir y operar una planta de tratamiento.
La normativa ambiental considera estos envases con líquidos residuales como residuos industriales.
Los residuos industriales pueden almacenarse por un plazo máximo de un año antes de enviarlos a tratamiento. Esto significa que una vez al año se deberá contratar a un operador autorizado para que retire y destruya en forma controlada estos residuos. Este operador, una vez realizada la destrucción de los residuos, nos entregará un certificado que acredita que nuestros residuos fueron gestionados adecuadamente.
Residuos sólidos
El tercer tipo de residuo que genera nuestra actividad son los residuos sólidos no asimilables a los urbanos, o sea residuos sólidos industriales.
Este tipo de residuo está formado en nuestra actividad por bidones de tinta vacíos, cartuchos descartados por mal funcionamiento, bolsas o cajas con tinta, guantes y trapos ya utilizados, etc.
Estos residuos sólidos deben ser almacenados. Como en el caso de los bidones con residuos líquidos una vez al año, como máximo, se llamará a un operador habilitado para su retiro y destrucción.
Por regla general, el operador habilitado siempre pregunta qué tipo de residuo es el que debe retirar para saber que tratamiento aplicar. En el caso del reciclado de cartuchos la normativa clasifica los residuos como “Y12: Desechos resultantes de la producción, preparación y utilización de tintas, colorantes, pigmentos, pinturas, lacas y barnices”.
Todos los residuos deben almacenarse en recipientes adecuados, rotulados y ubicados en un área asignada para tal fin (ver figura 4).
Figura 4 - Almacenaje de residuos
Una recomendación para reducir el volumen de residuos es utilizar los mismos bidones de tinta usados para almacenar los efluentes líquidos.
Análisis de riesgos y accidentes
Así como se realizó un diagrama de flujo analizando para cada operación unitaria qué residuos se generan y cómo se manejarán los mismos, debe hacerse un análisis similar respecto a las posibilidades de accidentes y los riesgos ambientales que involucran.
Básicamente el principal tipo de accidente que puede ocurrir durante las operaciones de limpieza y recarga es el derrame de tinta o algún líquido de limpieza. La solución es contar con algún material absorbente para recoger el líquido y luego almacenar este material para enviarlo a tratar junto con el resto de los residuos.
En el caso de revendedores de tintas o aquellos recicladores que almacenen grandes cantidades de productos, deberán diseñar sus depósitos de forma tal que en caso de roturas de envases y derrame, el contenido de los mismos quede acotado para poder ser recogido y almacenado.
Una solución simple son las bandejas anti-derrame (ver figura 5).
Figura 5 – Bandeja o bateas anti derrame
Conclusión
Hemos visto en este artículo los aspectos ambientales y los riesgos involucrados en la industria del reciclado. Hemos visto también la mejor forma de gestionar los residuos. Mas allá de este análisis debemos tener claro que reciclar, recargar y remanufacturar cartuchos siempre es la mejor alternativa que tenemos como sociedad ante la necesidad de utilizar la impresora. Pero sabiendo que tomando ciertos cuidados nuestra actividad será todavía más sustentable.
También es importante tener en cuenta, aunque la normativa no lo haga, el tamaño del emprendimiento. No es mismo una empresa que remanufactura grandes cantidades de cartuchos y maneja unos 1.000 litros de tinta por mes que un micro-emprendedor que recorre en bicicleta su barrio ofreciendo en los comercios sus servicios de recarga.
Sobre el autor
Roberto Goldschmidt es Técnico Químico, Licenciado en Gestión Ambiental. Es titular de la firma Paipe: Soluciones ambientales y productos innovadores, empresa que roduce tintas ink jet, limpiacabezales y productos para el tratamiento de efluentes industriales.
Roberto también realiza trabajos de consultoría ambiental, capacitaciones, y diseño e implementación de sistemas de tratamiento de efluentes. Ejerce la docencia en el ISFDyT 140 en materias del último año de la Tecnicatura Superior en Gestión Ambiental.
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