Por Ing. Cássio Rodrigues
No es de hoy que el sector textil brasilero viene sufriendo profundos cambios. La competencia con China y sus productos de bajo costo y alto valor agregado, las incertidumbres en el escenario nacional aliado a la baja productividad de los colaboradores nacionales y nuevas tecnologías en tejidos e impresión, crean nuevos mercados, nuevos nichos de actuación y expanden la posibilidad de negocios para emprendedores enfocados y conscientes de las ventajas competitivas.
El proceso de sublimación ha crecido a grandes pasos dentro del segmento textil, uniendo la tradicional creatividad brasilera con la diversidad de productos ofrecidos y principalmente asociando estos factores a la facilidad con que el proceso se desarrolla.
Y si hablamos de diversidad, actualmente disponemos de más de 500 tipos de tramas y tejidos sintéticos, tanto volcados para la moda de ropa como para la moda fitness. La diversidad pasa por tejidos técnicos, que respiran o retienen calor, que poseen un poco de seda, algodón o satén, livianos, consistentes, en fin, opciones prácticamente ilimitadas.
La comparación no termina por ahí: hace pocas décadas atrás, cuando el sector tenía a disposición solo algunas decenas de tipos, el preconcepto aún imperaba y donde la frase común en el inicio de este milenio era: “Las personas jamás se van a vestir con plástico o con botellas de Coca Cola”. Actualmente los tejidos a base de PET, simples o mezclados, son tan livianos y sedosos al tacto como los tejidos a base de algodón.
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