Aranceles Recíprocos de EE. UU: exportadores en alerta

El 7 de agosto de 2025, entró en vigor la última ronda de aranceles recíprocos implementados por la administración Trump, aplicando tarifas de hasta el 50% a productos importados de más de 60 países. Esta medida se enmarca en la política de “Día de la Liberación”, que busca equilibrar las prácticas comerciales desleales percibidas por EE. UU. 

El presidente de EE. UU., Donald Trump, gesticula durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca en Washington D.C., EE. UU., el 26 de agosto de 2025

¿Qué significa para los exportadores?

Los nuevos aranceles afectan a sectores clave como textiles, calzado, muebles, productos químicos, joyería y equipos electrónicos. Por ejemplo, India enfrenta tarifas del 50% debido a desacuerdos en negociaciones comerciales y su continuo comercio de petróleo ruso. Esto ha generado tensiones diplomáticas y ha llevado a India a diversificar sus relaciones comerciales, incluyendo acercamientos con China. 

Por otro lado, Japón ha pospuesto una visita diplomática a Washington debido a discrepancias en la implementación de un acuerdo que reducía las tarifas estadounidenses a productos japoneses. A pesar de un acuerdo inicial, Japón descubrió que las tarifas se aplicaban además de los aranceles existentes, lo que llevó a una revisión del acuerdo. 

Desafíos legales en curso

La legalidad de estos aranceles está siendo cuestionada en los tribunales. Dos casos clave, V.O.S. Selections v. Estados Unidos y Learning Resources, Inc. v. Trump, argumentan que el uso de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) para imponer aranceles excede la autoridad presidencial y viola la Constitución. El Tribunal de Comercio Internacional falló en contra de los aranceles en el caso V.O.S., pero la decisión fue suspendida mientras se apela. El Tribunal de Apelaciones del Circuito D.C. también falló en contra en el caso Learning Resources, y el Tribunal Supremo aún no ha decidido si revisará el caso. 

¿Qué sigue?

Mientras los litigios avanzan, la administración Trump continúa defendiendo su política arancelaria como una medida necesaria para proteger la seguridad económica nacional y corregir desequilibrios comerciales. Sin embargo, la creciente presión de aliados comerciales y las preocupaciones internas podrían influir en futuras decisiones.