La organización francesa "Halte à l’Obsolescence Programmée" que lucha por poner fin a la obsolescencia programada por la cual muchos productos y dispositivos son fabricados para limitar su vida útil, ha demandado a HP, Epson, Canon y Brother por aplicarla a sus impresoras.
Esta demanda ha sido posible por una nueva ley francesa que obliga a que los distintos electrodomésticos y dispositivos caseros sean más duraderos y no se limite artificialmente su funcionamiento. Basándose en esta ley y tras recibir múltiples quejas de usuarios sorprendidos por la poca durabilidad de sus impresoras y cartuchos de tinta, la organización ha decidido tomar acciones legales.
Por ejemplo, a Epson la acusan de programar sus cartuchos para que dejen de funcionar cuando queda un 20% de tinta, lo mismo para los pads que se encargan de limpiar la tinta sobrante, un componente por el que la compañía cobra prácticamente lo mismo que por una impresora nueva.
También han aprovechado para denunciar un incremento desproporcionado en el precio de la tinta, según comentan, el precio de un litro de tinta duplica al de un perfume caro como el Channel nº 5.
Las penas a las que se podrían enfrentar los directivos de las compañías denunciadas alcanzan multas de 300.000 Euros e incluso prisión de dos años. Además, las empresas denunciadas podrían verse en la obligación de pagar una multa del equivalente al 5% de los beneficios medios de los últimos tres años.
Fuente: www.geeknetic.es
Imagen de diferentes generaciones de cartuchos inkjet HP presentadas en la demanda
Esta demanda ha sido posible por una nueva ley francesa que obliga a que los distintos electrodomésticos y dispositivos caseros sean más duraderos y no se limite artificialmente su funcionamiento. Basándose en esta ley y tras recibir múltiples quejas de usuarios sorprendidos por la poca durabilidad de sus impresoras y cartuchos de tinta, la organización ha decidido tomar acciones legales.
Por ejemplo, a Epson la acusan de programar sus cartuchos para que dejen de funcionar cuando queda un 20% de tinta, lo mismo para los pads que se encargan de limpiar la tinta sobrante, un componente por el que la compañía cobra prácticamente lo mismo que por una impresora nueva.
También han aprovechado para denunciar un incremento desproporcionado en el precio de la tinta, según comentan, el precio de un litro de tinta duplica al de un perfume caro como el Channel nº 5.
Las penas a las que se podrían enfrentar los directivos de las compañías denunciadas alcanzan multas de 300.000 Euros e incluso prisión de dos años. Además, las empresas denunciadas podrían verse en la obligación de pagar una multa del equivalente al 5% de los beneficios medios de los últimos tres años.
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