Las impresoras ya no son periféricos inocentes

En un mundo donde cada dispositivo conectado puede ser una puerta de entrada para ciberdelincuentes, las impresoras se han convertido en eslabones vulnerables dentro de la cadena de seguridad corporativa. 

Una reciente investigación de HP Wolf Security, basada en 803 testimonios de responsables de TI y seguridad, expone un panorama actual sobre los problemas de seguridad a través del uso de las impresoras.

Vulnerabilidades a lo largo del ciclo de vida

El estudio detalla fallas significativas en cuatro etapas clave:

1. Selección y compra: solo el 38 % involucra de manera efectiva a TI, seguridad y compras, mientras que el 54–55 % no revisa documentación técnica ni exige garantías de integridad.
2. Gestión continua: apenas 35 % identifica nuevas vulnerabilidades, 34 % detecta modificaciones no autorizadas, y 32 % reconoce eventos de nivel hardware.
3. Riesgo físico y documental: el 70 % teme filtraciones por documentos impresos de forma inapropiada.
4. Desmantelamiento del equipo: el 86 % considera la seguridad de los datos una barrera para el reciclaje o reventa; el 25 % destruye físicamente los discos y el 10 % la impresora entera.

De periférico a objetivo estratégico

Steve Inch, estratega global en seguridad de impresión de HP, sintetiza la emergencia: “Las impresoras ya no son meras piezas de oficina; son dispositivos inteligentes que almacenan información sensible”. Y lo que está en juego no solo es la confidencialidad de los documentos, sino la integridad de toda la red: desde el robo de datos confidenciales hasta el uso de la impresora como punto de entrada para ransomware o ataques man-in-the-middle.

Un antecedente relevante ocurrió en 2011, cuando investigadores demostraron que una impresora HP vulnerabilidad podía incluso sobrecalentar su fusor hasta provocar humo o fuego, alertando sobre la falta de firmas digitales en el firmware.

Recomendaciones urgentes

El informe de HP propone una hoja de ruta clara para recuperar el control:
• Fomentar la colaboración interdepartamental entre compras, TI y seguridad.
• Exigir certificados de seguridad y transparencia total en la cadena de suministro.
• Establecer procesos claros para actualizaciones de firmware inmediatas.
• Adoptar impresoras con capacidad de detección de amenazas y borrado seguro al final de su vida útil.

Un llamado a la acción necesaria

La negligencia en la seguridad de impresión es un riesgo sistémico. Si una impresora puede transformarse en una puerta trasera en la red, la empresa queda expuesta sin saberlo. En un paisaje de amenazas cada vez más automatizadas y sofisticadas, la defensa debe ser proactiva y holística.

Además, la tendencia creciente a la hibridación y la externalización en servicios de impresión hace que sea aún más urgente normalizar:

1. Requisitos de seguridad en licitaciones y compras.
2. Políticas de actualización automática y remota de firmware.
3. Integración de impresoras dentro de los sistemas habituales de monitoreo y auditoría de vulnerabilidades.
4. Procesos certificados de borrado de datos al finalizar la vida útil, garantizados por auditorías que verifiquen su cumplimiento.

Opinión del editor: el caballo de Troya del firmware

No podemos dejar de señalar que, detrás del discurso de ciberseguridad, también se oculta una realidad incómoda: muchas actualizaciones de firmware, promovidas bajo el argumento de proteger al usuario, terminan bloqueando deliberadamente el uso de consumibles de terceras marcas. Esta práctica, cada vez más extendida entre fabricantes OEM, no solo limita la libre competencia, sino que afecta directamente a millones de usuarios y a toda una industria de soluciones alternativas legítimas y sustentables. 

Como medio que promueve la innovación y la diversidad en el mercado de impresión, advertimos que la seguridad no debe ser utilizada como excusa para cerrar el ecosistema o imponer monopolios disfrazados de protección. La transparencia y el control del usuario sobre sus propios equipos deben formar parte del mismo debate.

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